jueves, 10 de febrero de 2011

¿Puede un dado de seis caras dar más de 6 resultados? Soluciones que empeoran los resultados

Racionalmente la respuesta sería que no, pero la realidad puede sorprendernos.
Como continuación del post sobre “causas naturales y especiales” he buscado ejemplos para hacer más intuitivo uno de los grandes descubrimientos de Shewhart y Deming que hasta hoy permanece escondido en la gestión de decisiones de directivos y dirigentes.

Hay una serie de falsas creencias que nos impiden comprender la realidad, una de ellas es la creencia de que causas y efectos se producen de forma instantánea y podemos entender su relación. Pero la realidad no es así y ello nos hacer fallar en nuestras decisiones, una de las mayores causas de ineficiencia empresarial, económica y política.

En el mundo real una misma causa puede producir efectos diferentes en circunstancias diferentes pero aparentemente idénticas a nuestra percepción, sin que nosotros podamos saber porqué. Ello es debido a la interrelación sistémica cambiante entre todas las cosas y a la variabilidad que existe en todas las cosas del mundo “real”.

Schewhart y Deming descubrieron que cuando los resultados indeseados eran consecuencia de una causa conocida, la solución podía ser tan fácil como la eliminación de la causa raíz. Es lo mismo que decir que si un dado da muchas veces un mismo resultado indeseado significará que está mal equilibrado, tal vez no es un cubo perfecto, tal vez tiene una arista mal.  Basta con ajustarlo geométricamente asegurando un equilibrio perfecto.

Pero también descubrieron que cuando todas las causas conocidas, a las que llamaron especiales desaparecen, los resultados seguirán siendo cambiantes con una determinada variabilidad. La variabilidad natural del sistema. Es el caso de los dados una variabilidad aleatoria, solo el azar.

Descubrieron que cuando las únicas causas de variabilidad son las naturales propias del sistema, cualquier intento de obtener el resultado deseado, salvo cambiando el sistema, solo puede empeorar las cosas. 

Es lo que ocurre cuando reaccionamos precipitadamente ante un suceso no deseado, cuando reajustamos una máquina o una forma de hacer porque ha salido un resultado indeseado sin saber la causa. Cuando “reparamos” los efectos sin saber la causa que hay detrás.

En la vida real quienes toman decisiones no siempre saben si las variaciones en los resultados obtenidos son los naturales del sistema o por otras causas, con lo que una decisión irreflexiva de una solución rápida tiene el riesgo de empeorar las cosas. Bastaría con que se supiera que pueden darse ambos tipos de causas las naturales del sistema y las debidas a causas concretas. Esto mejoraría nuestra intuición.

Imaginemos que los resultados de los dados se producen al final de un proceso de gestión en el que se esperan cuatros (4) y se desconoce que el resultado es producto del azar (los dados suponen un sistema que da inevitablemente resultados al azar entre el 1 y el 6) .

 Cuando me sale un 1 pienso que el proceso tiene un desequilibrio de -3 con lo que manipulo el proceso (o el sistema de medida) para que los 1 se conviertan en 4. Es decir hago que los futuros resultados midan +3 unidades. El azar hace que el siguiente dado sea un 6, pero al haber manipulado el proceso en (+3) yo solo veré que me sale un 9.  Volveré a manipular el proceso con la convicción de que he errado y que ahora el desequilibrio es de +5 (9 obtenido – 4 objetivo), con lo que haré que los futuros resultados midan -5 unidades. El siguiente dado me sale un 2, pero como que he retocado el proceso corrigiéndolo en (-5) veré que me sale un -3.

Así sucesivamnete puedo conseguir que los dados me den resultados con una variabilidad tanto más alta como veces esté yo manipulando el proceso.

Luego, sí, los dados pueden dar más de 6 y menos de 1.

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